El olivar de Oliete

Una solución para la repoblación de las zonas rurales.

Oliete (Teruel)

7400 41°00’06.8″N 0°40’32.2″W

Desde la Asociación se recuperan los olivos abandonados de Oliete, un pueblecito de Teruel que ha visto cómo su población ha ido descendiendo en los últimos años.  Cultivar el olivo no consiste sólo en plantar y dejar crecer. Cuidándolos conservamos el medio ambiente, fomentamos la biodiversidad, generamos empleo para personas en riesgo de exclusión y damos vida al pueblo.

Los olivos del proyecto son de la variedad empeltre y -una minoría- arbequina. La variedad empeltre es una de las razas más comunes en la comunidad de Aragón y de las más antiguas de toda España. Suyo es ese color característico de la oliva negro azabache.

Los olivares bien gestionados, como el de Oliete, ofrecen varias ventajas significativas para el ecosistema:

  1. Conservación del suelo: La agricultura regenerativa, así como el cultivo sin labranza, ayudan a conservar la capa superior del suelo, evitando la erosión y promoviendo la biodiversidad del suelo.

  2. Fomento de la biodiversidad: Los olivares se gestionan de manera que fomentan la diversidad de plantas y animales, creando hábitats más ricos y saludables para la vida silvestre.

  3. Ahorro de recursos: Los métodos sostenibles suelen ser más eficientes en el uso del agua y la energía, reduciendo el consumo general de recursos y minimizando la presión sobre los ecosistemas circundantes.

  4. Mitigación del cambio climático: Al mantener suelos saludables, capturar carbono y promover prácticas agrícolas que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, los olivares sostenibles pueden contribuir a mitigar el cambio climático.

  5. Fomento de la economía local: Los olivares son la excusa para emplear a decenas de trabajadores y trabajadoras. De este modo, se mejora la calidad de vida de las comunidades locales al tiempo que se promueve un modelo económico más sostenible a largo plazo.

Ejemplares centarios de olivos en Oliete.

¿Cuál es la recompensa asociada?

Premiado como el mejor aceite del bajo Aragón en 2020, se trata de un aceite de oliva virgen extra (AOVE) procedente de olivos centenarios en proceso de recuperación de la variedad empeltre. Tiene un sabor almendrado y ligeramente picantón, ideal para ensaladas y tostadas por su riqueza de aromas. Se envasa manualmente en una botella de 350 mL.

Anterior
Anterior

Resurgir de las cenizas

Siguiente
Siguiente

Construir comunidades sostenibles